viernes, 5 de noviembre de 2010

Jn 14:6 "Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi" II

Dios les Bendiga, Hoy vamos a continuar con el tema que iniciamos el martes de esta semana.

Una vez que hemos aceptado a Cristo como Señor y Salvador, y que hemos pedido perdon y perdonado a nuestros ofensores tenemos que saber que nuestra vida es una zona de guerra, así es, ¡Una zona de guerra! esto se debe a que continuamente hay situaciones en nuestra vida, tanto agradables como desagradabels y muchas veces batallamos y batallamos, y para poder comprender mejor por qué se habla de una zona de guerra veamso 1Ti 6:12: " Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual así mismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos." (STN), en la traducción de 1569 dice: "Trae buena milicia de fé: echamano de la vida eterna a la cual así mismo eres llamado habiendo hecho *buena profesión delante de muchos testigos.", investigando Milicia se puede referir a: "El arte de hacer la guerra o disciplinar soldados para ella", entonces traer buena milicia de fé es tener diciplina en la fé, debemos ser disciplinados para echar mano de la vida eterna (promesas, bendiciones, dones, etc.). Ya sé que debo ser disciplinado en la fé, pero ¿qué es la fé?, la fé se nos describe en Heb 11:1 "Y la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (BTX) La certeza de lo que se espera se refiere a nuestra esperanza: la vida eterna (que obtenemos por medio de Cristo), la 2da venida de Cristo, las bodas del Cordero, La convicción de lo que no se ve se refiere a que aún no vemos el plano espiritual en el que Dios se mueve pero que percibimos cada vez que Dios se manifiesta a través de sus obras, en pocas palabras, estamos seguros de la existencia de Dios porque le sentimos aun cuando no le vemos. Heb 11:1 no se refir a las cosas materiales como muchos lo han entendido ejemplo cuando alguien dice "tengo fé en que voy a ganarme la lotería", pero se puede aplicar a cada una de las promesas de Dios, porque tenemos la certeza de recibirlas, pero es probable que aún no esten presentes en nuestras vidas.

Entonces pelear la buena batalla de la fé es estar convencidos de cual es nustra esperanza (la vida eterna) y qué todas y cada una de las promesas y profecías de parte de Dios se cumplirán, con esta convicción podemos enfrentar la vida diaria.


Continua.


*La buena profeción se refiere al hecho de aceptar a Jesús, pues al aceptarle también aceptamos un compromiso, un pacto, en el cual nosotros recibimos una capacitación para realizar el propósito de Dios en nuestras vidas, esto como se mencionó se hace de manera audible ante testigos que por lo regular son los hermanos presentes en la congregación o en caso de no encontrarse nadie presente en el momento de que aceptas a Jesús, los testigos son las personas a quien les compartes tu decisión de seguir a Dios.